El emprendimiento, en México y en el mundo, es una actividad que trae implícito muchos riesgos. Las escuelas nos educan y preparan para tener un trabajo, no para emprender y menos para saber llevar un negocio financiera y fiscalmente sano.
Considerando que las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) representan el 95% de los establecimientos en el país, y cerca del 70% en términos de generación de empleos en México, se vuelve un tema alarmante que el 70% de estos negocios no llegan ni al segundo año de operaciones.
De acuerdo con el reporte anual de GLOBAL FAILURE INDEX, las razones más mencionadas por las cuales fracasan estas empresas en México son:
- no generar suficientes ingresos para subsistir
- la falta de indicadores
- falta de procesos de análisis
- una planeación deficiente financiera y fiscal
- problemas de ejecución
- una mala estructura organizacional
- conflictos entre accionistas
- gran cantidad de deudas
Además, este estudio destaca que la mayoría de las empresas que fracasan en México no contaban con registros contables formales.
Apoyando lo anterior, en México el emprendimiento suele estar acompañado de un aprendizaje autodidacta de prueba y error, pues son pocas las instituciones y las plataformas FinTech que ofrecen a los directivos o dueños de los negocios en el país, las herramientas digitales, contables y fiscales para llevar las cuentas de sus empresas correctamente.
Quienes inician una empresa o startup deben tener lo más claro posible un modelo de negocio adecuado para la idea a emprender; modelo que debe tomar en cuenta el régimen fiscal más conveniente para el tipo, giro y tamaño de la empresa, esto es de vital importancia, pues significa cultivar disciplina para adecuarse a un plan para saber cuáles son las opciones que pueden permitirnos una mayor flexibilidad dentro de las obligaciones fiscales que necesitamos cumplir.
Si no cumplimos, y no tenemos la disciplina de evitar ver la empresa como una caja chica, cuando menos lo esperemos, nos veremos con requerimientos y multas que no podremos pagar sin terminar con el flujo de capital. Lo cual nos puede llevar al fracaso inminente del negocio.